miércoles, 2 de junio de 2010

¡¡¡Lógica!!! ¿¿¿Para qué???

¡LÓGICA!

¿¿¿PARA QUE???

Ustedes como alumnos se preguntan ¿para qué tengo que llevar lógica?

¿Qué beneficios me aporta? Si ya sé argumentar, e incluso ganar una discusión.

Estas preguntas que haces son muy válidas, ya que eres capaz de estar de acuerdo o en desacuerdo con algunos discursos o argumentos que escuchas, o que se presentan en libros, clases o programas de televisión.

Vamos a analizar lo siguiente: sin aprender lógica podrás estar moralmente en desacuerdo con el siguiente argumento:

Todos los que enseñan religión son buenos

Algunos delincuentes enseñan religión[1]

Por lo tanto algunos delincuentes son buenos.

Podrás señalar tu acuerdo o desacuerdo frente al argumento, sin embargo, los criterios sociales, morales, religiosos no son suficientes para señalar si este argumento es correcto o no.

¿Existirá algún criterio independiente de las creencias, convicciones, o criterios morales que te permita evaluar la validez de un argumento?

Veamos otro ejemplo:

Todos los escritores son creativos

Algunos científicos son escritores

Por lo tanto algunos científicos son creativos[1]

Difícilmente encontrarás este argumento incorrecto, pero si te fijas bien tiene la misma estructura que el anterior, entonces, esto nos lleva a aceptar que el primer argumento es correcto porque comparte la misma estructura del segundo argumento.

Cuando hablamos de la corrección de un argumento nos referimos a que la conclusión se deriva de las premisas.

En el primer argumento inmediatamente nos damos cuenta que sus juicios o premisas son falsas, lo que nos lleva a una conclusión falsa, sin embargo, la relación de consecuencia entre las premisas y la conclusión se mantiene, por lo que hace que el argumento sea correcto.

En el segundo argumento nos damos cuenta también de que las premisas que sostienen a la conclusión son falsas, sin embargo su estructura lógica es correcta.

Con los ejemplos anteriores podemos ver que los criterios de corrección son independientes las creencias, convicciones o criterios morales, etc. Pero también nos muestra que la lógica natural es insuficiente para evaluar argumentos.

En nuestra vida cotidiana al platicar con la familia, los amigos, al escuchar un discurso político o al exponer una clase, estamos escuchando, haciendo, discutiendo, formulando afirmaciones o negaciones, que al final pasan a ser partes de un argumento, sin embargo sin el estudio de la lógica al argumentar cometeríamos un sinfín de errores, en los términos que usamos, en la argumentación o incluso en una discordancia entre premisas y conclusión, es decir las razones que damos creemos que afirman una conclusión y se está afirmando otra. Estro sucede cuando usamos un término en dos sentidos diferentes:

Toda banca es cómoda

La banca está en crisis

Lo que está en crisis es cómodo[2]

En este argumento el error es muy evidente, ya que estamos tomando un mismo término en dos sentidos diferentes, lo cual sucede con mucha frecuencia cuando nos enfrascamos en una discusión.

Otro caso al es el siguiente:

Lo hice porque usted me dio “chance”; la primera vez que intenté sobornar al “profe” y fallé, usted me dijo, “te voy a dar otra oportunidad, no me falles”[3]

El enunciado “Te voy a dar otra oportunidad, no me falles” se presta a una doble interpretación:

Primera el director otorga al estudiante la oportunidad de enmendar su conducta, y dedicarse a estudiar; la segunda se interpreta como. Le daré otra oportunidad de sobornar, lo cual es absurdo.

A este tipo de razonamientos los conocemos como falacias y la lógica te proporciona reglas y estructuras para que aprendas a razonar y sostener una afirmación.

En resumen, la lógica es fundamental para peder elaborar juicios y razonamientos o argumentos correctos, es un instrumento que nos da la filosofía para la búsqueda del conocimiento, nos permite comprender de manera crítica, reflexiva los grandes acontecimientos científicos, sociales, económicos, políticos y culturales de nuestro entorno.

Por ende el estudio de la lógica es el vehículo ideal para que el alumno comience a aplicar la abstracción de las estructuras formales del pensamiento, al lenguaje cotidiano, al lenguaje de la física, las matemáticas, la literatura, así como, a cualquier área de conocimiento que exija el manejo de estructuras que deban ser aplicadas a una realidad.

También la lógica contribuye a que seas capaz de plantearte un problema, discernir entre lo relevante y superficial del mismo, y proyectar y elaborar soluciones.

En este sentido la lógica contribuye al proceso de enseñanza aprendizaje, a la formación de las estructuras lógicas y mentales del adolescente, además de lo anterior, permite al estudiante detectar con mayor facilidad las estructuras inválidas o incorrectas de los argumentos, lo cual le va a permitir tener un mejor manejo y uso de argumentos.



[1] Cfr. J. Suarez y D. Roque, Lógica, Ed. Santillana, México 2009.

[2] M. Mateos Nava Lógica para inexpertos, Ed. Eudeba, México 2007.

[3] Cfr. J. Suarez y D. Roque, Lógica, Ed. Santillana, México 2009.